¿Un pueblo en el desierto?

Ubicado en las afueras del desierto chileno de Atacama, a 600 km al norte de Santiago, y a una altitud de 2400 metros, este pueblo aparentemente pequeño en medio de un desierto es, de hecho, el primer observatorio de ESO, el Observatorio La Silla.

Las numerosas instalaciones astronómicas alojadas en La Silla incluyen el Telescopio de 3,6 metros de ESO y el Telescopio de Nueva Tecnología (NTT) de ESO, así como varios telescopios nacionales, como el ExTrA o el Telescopio danés de 1,54 metros.

El telescopio de 3,6 metros comenzó a operar en 1977. Es el hogar del instrumento HARPS (High Accuracy Radial velocity Planet Searcher, buscador de planetas por velocidad radial de alta precisión) un poderoso cazador de exoplanetas que descubrió Proxima b, un planeta rocoso de masa terrestre que orbita alrededor de nuestra estrella vecina más cercana después del Sol.

Inaugurado en 1989, la puesta en marcha del NTT representó un hito importante en el campo de la óptica activa, una técnica que ajusta la forma del espejo de un telescopio compensando las distorsiones causadas por el peso del propio espejo. Utilizando la tecnología desarrollada en ESO, el NTT fue el primer telescopio en el que se realizaron tales correcciones en tiempo real durante las observaciones.

Un pueblo necesita energía, y la planta fotovoltaica de La Silla proporciona 1,7 MW gracias a unos paneles solares situados en el desierto que se extienden sobre una superficie de 100 000 metros cuadrados. Así, toda la electricidad utilizada en el observatorio durante el día proviene de fuentes renovables, evitando la emisión de hasta 400 toneladas equivalentes de dióxido de carbono al año. Esto forma parte del conjunto de medidas globales de ESO para reducir nuestro impacto ambiental y operar nuestras instalaciones de una manera más sostenible.