Perfectamente enmarcado

La comunidad astronómica centra su atención, principalmente, en el cielo, pero a veces también vale la pena mirar en los alrededores de nuestro planeta. Por la noche, el cielo estrellado sobre el desierto de Atacama, en Chile, acapara el protagonismo, pero una vez que el paisaje árido vuelve a disfrutar de la luz del sol, se revelan otras maravillas.

Esta imagen de la semana, por ejemplo, podría aparecer fácilmente en una revista de viajes. Está tomada de Pukará de Quitor (Fuerte de Quitor), una fortaleza de piedra construida hace siglos por la comunidad Licán Antai, también conocida como Atacameños. Se encuentra cerca de San Pedro de Atacama, no muy lejos de donde se encuentra ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), el conjunto de radiotelescopios que ESO opera junto con sus socios internacionales. En esta imagen, el arco de la fortaleza enmarca el volcán Licancabur, que se alza junto a la frontera de Chile con Bolivia. En la montaña se han encontrado otros yacimientos arqueológicos, y el cráter de su cumbre esconde uno de los lagos más altos del mundo.

Ahora, cierre los ojos e imagine que está parado o parada allí mismo, sobre las piedras de Pukará de Quitor. ¿Hay a su alrededor cielos azules y piedras de terracota? ¿O es un cielo negro lleno de estrellas? Elija lo que elija, recuerde que estás mirando hacia atrás en el tiempo. Este sitio arqueológico se remonta al siglo XII, por lo que estas piedras han estado aquí durante más de 900 años. Y la luz de las estrellas ha viajado cientos o incluso miles de años antes de llegar a nosotros. ¡Qué privilegio poder verlo!