Escalas de distancia

Esta sorprendente fotografía de Yuri Beletsky capta muchas maravillas — tanto terrestres como astronómicas — que pasan por una increíble escala de distancias.

En el inmediato primer plano, nos topamos con  telescopio de sondeo VISTA de ESO. Este telescopio, de 4,1 metros, rastrea el cielo infrarrojo, captando objetos astronómicos de interés para que puedan ser estudiados por los cuatro telescopios que forman el Very Large Telescope (VLT) de ESO, cada uno de  8,2 metros. Esta instalación puede verse en la cima de la montaña, a la derecha de VISTA, a un kilómetro subiendo la carretera.

En el cielo que hay sobre VISTA, una banda luminosa, recorrida por surcos más oscuros, cruza desde la parte inferior izquierda hacia la superior derecha. Se trata del disco de la Vía Láctea, visto de canto y mirando hacia el interior del núcleo galáctico. Aunque a simple vista no podemos ver todo lo que hay hacia el núcleo, hemos estimado que la distancia hasta el mismo es de unos 30.000 años luz. Esta distancia se traduce en unos 280.000 billones de kilómetros, es decir, unos 280 000 000 000 000 000 viajes por la carretera que lleva desde VISTA hasta el VLT.

Situada casi sobre los VLT vemos una brillante burbuja que refulge intensamente: es la Gran Nube Magallanes (LMC, de Large Magellanic Cloud), una galaxia enana vecina de la Vía Láctea. Se encuentra aproximadamente a unos 160.000 años luz de distancia. Bajo ella, y ligeramente a la izquierda de la Gran Nube de Magallanes, vemos otro brillo difuso en el cielo. Se trata de la Pequeña Nube de Magallanes (SMC, de Small Magellanic Cloud). Esta galaxia está a unos 200.000 años luz de distancia, lo que significa que, caminando a cinco kilómetros por hora, el viaje a esta galaxia llevaría más de cuatro billones y medio de años.