10 de Octubre de 2012
¿Alguna vez has tirado de un hilo suelto de uno de tus jerséis y nunca se acaba? ¡Los astrónomos han visto ocurrir algo parecido en el espacio! Dos estrellas están en órbita una alrededor de la otra, en lo que se llama un sistema binario. Mientras una estrella se mueve está arrastrando consigo material suelto de su compañera, ¡enrollándolo en una impresionante forma espiral!
La estrella del centro de esta imagen es una gigante roja. Solía ser una estrella de tamaño promedio (como nuestro Sol), pero se expandió al ir envejeciendo. La estrella creció mucho pero no produjo calor extra, así que se enfrió. Mientras su temperatura bajaba, la estrella se hacía más roja. Esto podría parecer extraño, dado que usamos el rojo para denotar caliente en la vida diaria, como en los grifos de agua. Pero en astronomía esto es al revés, ¡las estrellas más calientes son azules y las más frías son rojas! (Para aprender más sobre los colores de las estrellas lee "Las "O", los grandes caramelos del Universo").
Las gigantes rojas pueden crecer hasta decenas o incluso centenares de veces más que el Sol. Las estrellas se hacen tan grandes que tienen problemas para conservar sus capas de material más externas. Acaban perdiendo una enorme cantidad de su material en el espacio. Las estrellas acaban rodeadas de una gruesa capa de gas y polvo.
Casi todas las estrellas acaban como gigantes rojas, enrolladas en una envoltura de gas y polvo. ¡Pero ésta es la primera vez que los astrónomos han visto girar el gas resplandeciente formando una espiral! La inusual forma sólo puede haber sido creada por una estrella compañera invisible. La propia estrella es demasiado débil para que la veamos, ¡pero es seguro que se nos está dando a conocer, a través de esta espiral cósmica!
Dato curioso: las gigantes rojas expulsan tanto material que aportan la mayoría del gas y polvo que formará la próxima generación de estrellas y planetas, e incluso contribuyen a la vida. De hecho, ¡probablemente tengas una gigante roja en ti!