17 de Enero de 2018
Los científicos han encontrado un nuevo competidor para Bailando por un Sueño (¡Mira quién Baila!) en un lugar inesperado: ¡el espacio profundo!
En el interior de un cúmulo de miles de estrellas, una destaca entre el resto. Captó la atención de los astrónomos que la vieron moviéndose hacia adelante y hacia atrás por el espacio siguiendo un patrón complejo. Pero mientras que los bailarines de salón se apoyan en un compañero, la estrella flotaba realizando sola sus gráciles pasos, o eso parecía.
Resulta que la estrella sí tiene un compañero, pero es invisible. Escondido entre las muchas estrellas de este cúmulo, acecha un agujero negro.
Los agujeros negros no emiten luz, haciendo que sea imposible observarlos directamente. Sin embargo, podemos ver el efecto que tienen sobre el Universo que los rodea. El baile de la estrella nos muestra su recorrido alrededor del agujero negro.
Aunque son muy difíciles de encontrar, los agujeros negros son bastante comunes en algunas partes del Universo, pero no en los cúmulos globulares. Esta es la primera vez que un agujero negro de este tamaño ha sido visto bailando con una estrella en un cúmulo globular.
Los cúmulos globulares de estrellas son bolas enormes constituidas por muchas decenas de miles de estrellas. Se mueven por nuestra galaxia la Vía Láctea y son de los grupos de estrellas más viejos del Universo. Su tamaño impresionante y su edad implican que los cúmulos globulares deberían de producir muchos agujeros negros de tamaño parecido al de éste (que tiene unas cuatro veces el tamaño de nuestro Sol).
Sin embargo, los agujeros negros han demostrado ser tan raros en los cúmulos globulares que hasta hace poco los científicos asumían que debían de ser expulsados poco después de que se formaran. Este descubrimiento sugiere que ése no es el caso, lo que es una suerte para esta estrella ya que habría perdido su pareja de baile.
Hay por lo menos tres tipos de agujeros negros, variando en tamaño desde el de un átomo a miles de millones de veces más masivos que el Sol. Los más comunes son los agujeros negros de tamaño mediano, como el descubierto en este cúmulo globular que es unas cuatro veces más masivo que el Sol.