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Rastreando los rayos cósmicos hasta sus raíces

14 de Febrero de 2013

Hace mucho tiempo, en el año 1006, un nuevo punto de luz apareció en los cielos del sur. ¡Brilló tanto que rivalizó con el brillo de la Luna y fue visible incluso durante el día! El origen de este misterioso objeto fue una enorme estrella atravesando una dramática fase del final de su vida: ¡estaba explotando! Los astrónomos llaman a la explosión de una estrella una "supernova". Avanza rápidamente 1000 años, y los astrónomos han localizado finalmente los restos esparcidos de esta antigua estrella. Un brillante anillo en expansión de material es todo lo que queda. Puedes ver parte de este anillo en la segunda imagen.

Mirando este resto de supernova, los astrónomos han encontrado lo que llaman las "semillas" de los rayos cósmicos. Estas partículas pueden verse zumbando por dentro del remanente de supernova. Sin embargo, no tienen suficiente energía para ser rayos cósmicos... aún. Los astrónomos creen que podrían seguir creciendo chocando contra el material del anillo para convertirse en rayos cósmicos. ¡De este modo podrían conseguir eventualmente energía suficiente para volar al espacio como rayos cósmicos adultos!

Dato curioso: los astronautas han visto cosas realmente asombrosas: las auroras desde arriba, la curva de la Tierra y la cara oscura de la Luna. Además, los astronautas a bordo del Skylab, el Transbordador Espacial, la Mir, y la Estación Espacial Internacional han afirmado haber visto extraños destellos de luz. Éstos son provocados por radiación cósmica entrando a través de sus ojos como pequeñas balas diminutas. Cuando una de estas partículas golpea los nervios del ojo produce una señal falsa que el cerebro interpreta como un destello de luz. 

Esta es una versión para niños de la nota de prensa de ESO eso1308.